Gamificación para empresas: 4 conceptos a tener en el radar

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¿Qué es la gamificación?

¿Te suena a “gamification” o “game” en inglés? ¿Piensas en juegos cuando lees o escuchas la palabra “gamificación” o “ludificación”? Pues no está tan alejado del concepto correcto, pero te recomiendo que sigas leyendo para conocer las diferentes aplicaciones de la gamificación en el mundo de los negocios. El anglicismo “gamificación” (gamification) se refiere al proceso de introducir mecánicas y diseño de juego en contextos no lúdicos. El juego o videojuego es el vehículo del aprendizaje por lo que la gamificación aprovecha la predisposición psicológica al juego.

La gamificación puede tener distintos objetivos como potenciar la motivación, reforzar una conducta para solucionar un problema, mejorar la productividad, lograr un objetivo específico, activar el aprendizaje o evaluar a individuos concretos. Más específicamente, en las empresas, sirve para generar un cambio de comportamiento por parte del trabajador, consumidor final o prospecto como, por ejemplo, cuando buscamos colocar nuestra marca en el Top of Mind de un cliente potencial o bien cuando queremos motivar a un equipo de I+D (Investigación y Desarrollo) a presentar un producto innovador en un tiempo determinado.

Cualquier herramienta empresarial como la gamificación debe ayudar a llegar al objetivo definido por la empresa, que sea una organización grande, mediana o un negocio que va iniciando. No sirve implementar actividades lúdicas solo por el simple hecho de que los usuarios se diviertan. Es importante que exista un fin de negocios previamente establecido.

 

A considerar para diseñar una estrategia de gamificación exitosa

Es un concepto muy versátil que puede usarse para una estrategia o convertirse en una herramienta a largo plazo que se moldea en función de las necesidades y presupuesto de la empresa. Se puede usar en cualquier ámbito pero se tiene que diseñar de manera correcta con 4 elementos clave:

  • El contenido o narrativa es el ingrediente principal de la estrategia, lo que le da vida a la historia la cual deberá encajar con las necesidades y creencias del usuario.
  • La experiencia debe ser personalizable y adaptada al público objetivo.
  • El sistema debe ser claro y completo, ni tan fácil que aburre ni tan difícil que desmotiva, con desafíos y niveles.
  • Debe existir una recompensa con base en la medición y la posibilidad de que los usuarios compartan públicamente su avance (aspecto social de pertenecer a una comunidad).

Es importante resaltar algunos requisitos para aplicar la gamificación de manera exitosa. En primer lugar, funciona con usuarios que pertenecen a las últimas generaciones como Millennials y Centennials ya que son personas que crecieron en un mundo de juegos desde temprana edad y, por lo tanto, están más abiertos a participar en un sistema gamificado. Además, se dice que la gamificación no hace magia ya que de aplicarse a un producto o servicio defectuoso no dará los resultados esperados. Es un sistema de refuerzo del comportamiento, pero no permite arreglar los errores de estrategia o las imperfecciones y deficiencias intrínsecas al producto que se busca vender. Otro punto para considerar es que el sistema gamificado debe seducir al usuario con base en sus necesidades y, en consecuencia, no puede ser obligatorio, es decir que la decisión de jugar queda en manos del usuario; el cliente, prospecto o empleado debe sentirse libre de elegir, ya que de lo contrario generaría frustración, molestias y un efecto contrario al deseado. La recompensa permite un reforzamiento conductual siempre y cuando el usuario sepa para qué está jugando, cuáles son los desafíos y cuál es su progresión en el sistema gamificado. Por último, todas las partes deben sentirse beneficiadas para que la estrategia de gamificación sea exitosa.

 

A continuación, conocerás en qué áreas se puede aplicar la gamificación y cuáles son los posibles resultados que este sistema te permite lograr:

 

1. Gamificación para tu marca

Lo que toda marca busca alcanzar es la fidelización o lealtad del cliente, pero para muchas empresas, sobre todo pequeñas y medianas, puede resultar una tarea titánica. Para poder conseguir que nos compren, repitan la compra y recomienden nuestro producto o servicio, tenemos que entender que la marca es un activo en constante evolución que debe ser empática hacia los clientes.

Para ello, podemos aplicar técnicas de Loyalty Marketing o gamificación que se basan en ofrecer un incentivo emocionante con el fin de generar un hábito el cual se convierte en lealtad. ¿Has pensado que te gusta repetir lo que te hace bien y evitar lo que no? Pues en este principio está fundada esta estrategia: buscamos que cada venta sea el principio de la siguiente. ​Asimismo, cuanto más personalizable sea la experiencia, más conexión emocional se creará con el usuario.

¿Cuál es la realidad de tu cliente? Ponerte en sus zapatos será de primordial importancia para desarrollar una comunicación acertada. En todo mensaje al cliente, debemos considerar 3 puntos básicos: el valor que se desea transmitir, la información útil para el usuario y algo que le divierta, entendiendo que la diversión no le debe quitar la parte esencial de la comunicación, sino enriquecerla.

Ahora, es muy probable que ya hayas sido testigo y partícipe de una experiencia gamificada al interactuar con una marca que te agrada y sin duda, los ejemplos a continuación te resultarán familiares. Típicamente podemos imaginar cualquier campaña que involucre un sistema de puntos o recompensas que los usuarios buscan acumular como las tarjetas de lealtad de los cines, aerolíneas o supermercados, o bien una máquina de autoservicio ubicada de manera estratégica en un lugar público que le pide a las personas más curiosas realizar algún reto y a cambio las premia con un producto regalado. En este caso, la idea es viralizar la experiencia para que, además de las personas que interactuaron activamente con la máquina, la marca logre conectar con millones de personas de manera digital mediante un storytelling multicanal.

Cuando hablamos de gamificación en marketing, estamos creando estrategias hacia afuera de la organización, pero también es posible aplicarla hacia dentro de la empresa.

 

2. Gamificación y talento humano

Es muy común leer o escuchar sobre ideas lúdicas por parte del equipo de recursos humanos para motivar a los trabajadores con un área de relajación en la empresa, juegos de mesa o dinámicas de integración, pero, ¿son estos realmente productos de gamificación? Aunque no son ideas descartables ya que pueden favorecer la creatividad de los empleados o ayudar a crear un ambiente de trabajo agradable, mientras no exista un objetivo cuantificable, no podemos decir que estamos aplicando una estrategia de gamificación.

Como en el caso de una implementación en marketing, primero necesitaremos definir el objetivo a alcanzar. Cuando se trata del talento humano de una empresa, la gamificación puede ser una excelente herramienta para elevar su productividad, mejorar el ambiente de trabajo, lograr que aprendan alguna aptitud nueva, retener a los trabajadores más competitivos, evaluarlos y conocerlos mejor, e inclusive se puede usar para mejorar el marketing interno de la empresa o endomarketing.

De la misma manera que para una comunicación hacia el cliente o cliente potencial, necesitamos cumplir con algunas características del sistema gamificado:

  • Deberá respetar en todo momento las políticas internas de la empresa o institución.
  • Las reglas del juego deberán ser simples y transparentes.
  • Desarrollar un sistema de resultados y progresión visible y disponible en tiempo real ayudará a comprometer a los participantes y mantenerlos interesados. Contemplar recompensas congruentes con los desafíos y misiones.
  • Se recomienda tener un medio de comunicación para que puedan comentar entre ellos, compartir sus avances y recibir retroalimentación, ya que el aspecto social y de reconocimiento genera mayor entusiasmo y sentido de pertenencia a la comunidad.

Podemos imaginar un sistema de gamificación como un concurso que estimule y proporcione la cantidad justa de competencia sana dentro del equipo comercial con el fin de llegar a una meta definida de venta. En este caso y para lograr la mayor motivación posible por parte de los vendedores, debemos mantener la dinámica simple y directa, hacerla pública, que no dure demasiado (un mes máximo). ¿Qué no debemos de hacer? Preocuparnos por el premio y ejecutar más de una dinámica a la vez.

Aprende más sobre: La gamificación, una herramienta para la cultura de bienestar del talento

 

3. Finalidad: generar más ventas para la compañía

Incrementar las ventas de tu empresa es tu principal objetivo ya que es el sustento del negocio y lo que lo hace sostenible. Si diseñas, con el apoyo de un consultor en gamificación, estrategias hacia afuera y hacia adentro de tu compañía de manera correcta, lograrás tus objetivos.

¿Cómo podemos ofrecer al cliente algo mejor que los competidores? Vendiendo a menor costo, ofreciendo un mejor producto o servicio y/o incluyendo en nuestra propuesta de valor algo especial para él o ella. Una vez más, la gamificación no influye en la calidad de tu oferta ni en su precio, pero le aporta el tercer ingrediente que hará la diferencia, siempre y cuando tu producto, servicio y precio sean los correctos. No pretende ser el elemento milagroso, pero puede ser un gran diferenciador ante tu competencia.

 

4. Toda estrategia debe ser medible, sino no tiene caso implementarla

Como lo habrás entendido, como para cualquier estrategia, es imprescindible dar seguimiento al proyecto de manera constante, involucrar a las diferentes partes de la empresa y, más importante, medir los resultados de la misma. Si no medimos, ¿cómo saber que la estrategia funcionó o, al contrario, fracasó y en qué medida?

Iniciar tu empresa a la gamificación puede ser una excelente justificación para hacerte las preguntas correctas y cuestionarte sobre los objetivos que la organización ha establecido hasta el momento: ¿Estamos generando valor para nuestros clientes? ¿El mercado ha cambiado? ¿Qué percepción tienen los usuarios de mi marca? ¿Cuál es el tono de comunicación de mi marca? ¿Para qué están dispuestos a pagar mis prospectos? ¿Qué influye en la toma de decisión? ¿Realmente estamos innovando? ¿Nuestros empleados son portavoces de la empresa o al contrario influyen de manera negativa en su imagen y reputación?

Será importante hacer un análisis exhaustivo del mercado, una crítica constructiva del producto o servicio y establecer un objetivo específico, medible, alcanzable, realista y acotado en el tiempo para poder diseñar el sistema de gamificación adecuado. Los criterios de medición varían según la estrategia y el objetivo a alcanzar. A continuación, algunos ejemplos comúnmente usados en los corporativos:

  • Recursos humanos: rendimiento de los empleados, retención de talento, formación y capacitación o absentismo laboral.
  • Marketing: número de nuevos leads calificados, tráfico mensual de un sitio web, nivel de satisfacción de los clientes, impresiones en redes sociales o tasa de engagement.
  • Ventas: monto de ventas mensuales total y por representante, tasa de rotación de los clientes, número de cotizaciones mensuales, valor de compra promedio.
  • Finanzas: beneficio bruto, beneficio neto, ratio de liquidez, retorno de inversión.
  • Gestión de la empresa: rotación del inventario o porcentaje de tareas atrasadas del proyecto.

 

¿Qué esperas?

¡No vendas, haz que te compren, que deseen tu producto! Cuenta una historia y ¿qué mejor manera que a través del entretenimiento?

Recuerda que detrás de cualquier marca o negocio, estamos las personas y a todos nos gusta jugar, divertirnos y ganar.

 

Sigue leyendo: El mercado de la gamificación en América Latina

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