Si llegaste hasta acá probablemente significa que estás planeando aplicar estrategias innovadoras en tu empresa y que estás consciente de que la gamificación es la ola que vino a cambiar las reglas del juego de los negocios.
Bueno, pero ¿qué tan grande es el mercado de la gamificación?
Únicamente mencionaremos 2 datos importantes que nos ayudan a dimensionar el potencial del mercado para México:
- Tamaño y crecimiento del mercado a nivel mundial: según datos de MarketandMarkets, se proyecta que el tamaño del mercado de gamificación crecerá a 30.7 mil millones de dólares (USD) para 2025, a una Tasa de Crecimiento Anual Compuesto (CAGR) del 27.4% durante el período de pronóstico.
- México se posiciona como el mercado más importante de gaming de América Latina y el décimo a nivel mundial: de acuerdo con datos del CIU (The Competitive Intelligence Unit), el 57.4% de la población total mexicana se considera gamer, registrando en 2020 un aumento del 5.5% en comparación con el año anterior a causa del confinamiento derivado de la pandemia de Covid-19. El número de gamers en México alcanzó 72.3 millones al finalizar 2020.
¿En qué nos ayuda esta información?
América Latina (en especial México y Brasil) no se queda atrás. Nuestra región está adoptando soluciones de gamificación de forma muy rápida. Tanto la penetración del smartphone como la cultura del gaming en México son factores favorables para el crecimiento de la gamificación en el país. No cabe duda de que, en los años por venir, cada vez más empresas se sumarán a esta tendencia.
Si quieres aprender más acerca del impacto de la gamificación en los negocios y las perspectivas del mercado para América Latina, te invito a leer este artículo: El mercado de la gamificación en América Latina.
¿Y ahora?
Existen diversos formatos y aplicaciones para el mundo empresarial, así como el ámbito educativo, pero la clave indudablemente reside en el diseño motivacional.
La gamificación es el uso de técnicas, elementos y dinámicas propias de los juegos en actividades no lúdicas con el fin de potenciar la motivación, así como de reforzar la conducta para solucionar un problema, mejorar la productividad, activar el aprendizaje y evaluar a individuos concretos.
En el área de gestión de talento, esta metodología ayuda a incrementar el compromiso de los colaboradores porque estimula el progreso, le da un propósito a su trabajo, da la sensación de ser autónomos y, por supuesto, todo ello de manera divertida.
El uso de mecánicas de juego se puede aplicar a muchos contextos y objetivos. Sin embargo, si no se hace de la manera correcta, puede llevar a una estrategia fallida y generar el resultado opuesto al deseado: empleados desmotivados y una inversión desperdiciada.
Lo que NO debemos de hacer
Las organizaciones más grandes y exitosas que existen hoy en día llevan años usando la gamificación tanto de forma interna como para fidelizar a sus clientes. Si quieres formar parte de esta lista, te recomiendo que sigas leyendo.
>>> 10 errores que evitar al implementar la gamificación en tu empresa <<<
1. Creer que solo por implementar dinámicas lúdicas o dar premios, se hará la diferencia.
¡Y es que la gamificación sólo funciona si existe un plan! Diseñar una estrategia integral es la clave del éxito. Todo parte de ella y se debe trabajar de forma minuciosa, siguiendo la metodología correcta.
Mi mejor consejo para empezar: define el objetivo específico de esta nueva estrategia y si es necesario, asesórate de expertos para los siguientes pasos. Es importante saber cómo integrar las mecánicas de juego para motivar a los usuarios a realizar las acciones deseadas, entendiendo la psicología conductual y combinando elementos de motivación extrínseca e intrínseca.
2. Pensar que su valor reside en la herramienta tecnológica.
Siguiendo la misma idea que el punto anterior, la gamificación tiene más que ver con la metodología que con la tecnología y ésta es sólo un facilitador, más no la solución por sí sola.
Como lo puedes ver, la gamificación no es sólo un juego, una aplicación o una serie de premios.
3. Crear un sistema demasiado fácil o, al contrario, demasiado difícil.
El sistema gamificado debe ser claro y completo, ni tan fácil que aburre ni tan difícil que desmotiva, con desafíos y niveles. Lo que buscamos es un cambio de comportamiento y éste se logrará con tiempo, motivando a los usuarios a seguir jugando. En el siguiente punto, se explican los diferentes perfiles de jugadores y sus motivaciones.
4. No saber qué motiva a tus jugadores
La parte medular de la estrategia reside en conocer a los usuarios para diseñar el sistema adecuado. Para un equipo de marketing, se tratará de los clientes o prospectos que corresponden al buyer persona de su marca, y en el caso de un responsable de recursos humanos, director general o encargado del área comercial, buscaremos conocer a los colaboradores que realizarán las acciones deseadas.
En ambos casos, podemos aprovechar los datos que tenemos disponibles en la empresa los cuales nos servirán para establecer un perfil tomando en cuenta su antigüedad, experiencia, gustos y preferencias, edad, género, afinidad con las tecnologías, entre otros elementos.
Aunque cada individuo es único, se han establecido 8 perfiles de jugadores dependiendo su motivación principal:
- Filántropo: Desea contribuir con sus aportaciones.
- Logrador: Quiere enriquecer y a la vez dominar el sistema.
- Socializador: Desea interacción y relación con otras personas.
- Espíritu libre: Quiere autonomía, ya sea en la exploración y/o en la creatividad en un sistema.
- Autobuscador: Va a la búsqueda casi compulsiva de recompensas por actuar simplemente con los demás, prima la cantidad sobre la calidad.
- Consumidor: Trata de obtener beneficios del sistema con poca interacción.
- Networker: Trata de conectarse con otros para aumentar su perfil y los beneficios que pueden traer.
- Explotador: Trata de ganar recompensas en la utilización del sistema, posiblemente, por cualquier medio.
De estos perfiles, para cada uno de nosotros uno sobresale, aunque en realidad somos una mezcla de varios. Dependiendo los perfiles de usuarios a los que invitaremos a jugar, adaptaremos la narrativa y propondremos contenidos de valor que conecten con sus deseos y motivaciones. La experiencia debe ser personalizable y adaptada al público objetivo.
5. Lanzar la nueva estrategia sin comunicar de forma adecuada.
Es, tal vez, la parte más importante del plan: comunicar, comunicar y comunicar. Sin ella, la estrategia está destinada a fallar. Podemos tener todos los demás elementos perfectamente diseñados, pero si no comunicamos de forma adecuada, los jugadores no participarán y no se sentirán parte del sistema.
Las reglas deben ser simples y transparentes, además de que la forma en la que se cuenta la historia toma mucha relevancia. El storytelling, que se comunique a externos (clientes, aliados, etc.) o de manera interna a la organización, es clave ya que es la manera más eficaz de crear una fuerte conexión emocional con los participantes.
6. Obligar a participar.
¿Te imaginas estar obligado a acumular puntos cada vez que vas al cine o forzado a “jugar” para validar competencias en tu empresa? ¿Sentirías este programa un poco agresivo? Tanto para una estrategia de marketing como para motivar a los empleados de tu empresa, esta práctica elimina los beneficios de la gamificación de manera inmediata. Parece lógico que, si te obligan a hacer algo, menos vas a querer hacerlo y por supuesto que le quita lo divertido a esta actividad.
7. No actualizar el contenido sobre la marcha.
Un programa de gamificación normalmente dura al menos varios meses. El sistema permite dar retroalimentación a los usuarios en tiempo real y de la misma manera genera reportes detallados para la empresa. Lanzar el programa y esperar a que funcione sin actualizar su contenido es ilusorio. Es importante estar atentos a la respuesta de los participantes, analizar sus avances y ajustar lo que sea necesario para mantenerlos interesados.
8. No implementar métricas y/o no analizarlas para la toma de decisión.
Nuevamente, todo parte del objetivo una vez se haya analizado la situación de la empresa en términos de ventas, capacitación, cultura organizacional, etc. dependiendo lo que se busca cambiar en la organización.
Si no defines un objetivo específico, medible, alcanzable, realista y acotado en el tiempo, ¿cómo sabrás que la estrategia funcionó? Asimismo, será importante analizar de manera constante los avances y, al finalizar, comparar los resultados con los datos que se observaron en un inicio.
9. Disociar lo que sucede en la plataforma gamificada del negocio.
Es un recordatorio estratégico. El sistema fue diseñado para un objetivo preciso que no debes de olvidar conforme avanza el proyecto. Si los resultados se alejan de la meta, una vez más es tiempo de hacer las adecuaciones necesarias.
10. Considerar que la gamificación es un gasto en lugar de una inversión para el negocio.
Finalmente, este último punto es el resumen de los anteriores. Mientras no apliques la metodología como se recomienda, este proyecto que tienes en mente será considerado como un gasto en lugar de una inversión. Al contrario, si sigues nuestras recomendaciones, te garantizamos que tu inversión te generará grandes beneficios en términos de ventas al tener clientes leales y/o empleados más productivos.
Bono: Pensar que la gamificación es una solución milagrosa.
Como cualquier estrategia o herramienta de negocios, forma parte de un conjunto de soluciones que suman al mismo fin: hacer crecer tu negocio de manera cuantitativa pero también cualitativa. Y como las demás, tiene sus limitantes. En este caso, al no ser obligatorio no aplica para todos. Además, se dice que la gamificación no hace magia ya que de aplicarse a un producto o servicio defectuoso no dará los resultados esperados.
En conclusión, son muchos los elementos que se ven involucrados en una estrategia de gamificación exitosa: definición correcta del objetivo, la historia que se cuenta y la frecuencia con la que se comunica, el conocimiento del mercado y de los jugadores, el alcance de niveles, la retroalimentación, los retos, desafíos y sistemas de recompensas, la herramienta que soporta la experiencia (con o sin tecnología) y finalmente mucho trabajo en equipo de análisis constante.
Conoce más acerca de cómo diseñar una estrategia de gamificación exitosa: leer nota